lunes, 22 de julio de 2013

 Escuela de Arquitecura, Universidad de Talca 
 PROYECTO DE TÍTULO




Alumno: Patricio Merino Mella.
Año: 2012.
Proceso Diseño: Marzo 2011 - Diciembre 2011.
Proceso de Construcción: Enero 2012 - Octubre 2012.
Comisión Evaluadora: Eduardo Aguirre, Kenneth Gleiser y Fernando Montoya.
Profesor Guía: Kenneth Gleiser.
Ingeniero Calculista: Patricio Lara Ditzel.
Ubicación: Quella, sector Ruca Choro, Comuna de Cauquenes, VII Región, Chile. Coordenadas KMZ (Latitud  36° 5’7.66”S y Longitud  72° 8’23.32”O).
Superficie construida: 142 m2.
Sistema Constructivo: Quincha mejorada.
Cerramientos: Coligues, barro y paja.
Cubierta: Estructura de madera – cinc.
Terminaciones: Tablas de pino, rocas y coligue.
Participantes Construcción: Alberto Díaz, Rosendo Morales, Jorge Peña, Raúl Briones, Hernán Lizana, Rodrigo Merino y Patricio Merino.
Financiamiento: Capital Semilla Empresas versión 2011, Ruta de los 25 viñateros y aportes de privados.
Costo de la obra: $11.500.000
Fotografia: Gabriel Valenzuela, Raul Ortega y Patricio Merino


CONTACTO 
Patricio Merino Mella
pmerino.arquitecto@gmail.com




HABITAR LA EXTENSIÓN




“Lo rural se refiere al espacio donde los asentamientos humanos y la infraestructura solo ocupan pequeñas manchas del paisaje, esencialmente dominado por campos y pasturas, bosques, agua, montaña y desierto”.
Wiggins y Proctor, “How special are rural areas?”

Situarse en “lo Rural”, es quedar dominado por mantos infinitos de suelos agrestes, ser solo una mancha en el paisaje que queda perpetuada a un espacio de tiempo, que transita labrando lentamente la naturaleza propia de su geografía. Transfigurando cualquier intento del habitante por situarse y ejercer algún domino de este “paisaje” en una tentativa frágil y precaria, caso evidente en caseríos, villorrios y poblados subyugados por la gran extensión de territorio que habitan. Sin una mirada más critica que la de recorrer la diversificación que produce la simple alteración de esta extensión, llámese cordillera, valle y costa, es donde nace la inquietud de localizar los intersticios donde aún surge el diálogo originario entre el hombre rural y el suelo que lo soporta, forjando una manera particular de “ser” y “hacer” en estos lugares. “Ser” por cuanto estas condiciones limitan una manera social y cultural particular, la cual es necesario considerar para entender de manera completa el vínculo humano (sentimental, visual, hereditario, espiritual) entre el habitante y su territorio o paisaje. Y “Hacer” por la forma en que es expresado este vínculo tanto en las labores del subsistir diario, como en la forma de priorizar, valorar, ordenar y edificar espacios e infraestructuras. Aquí entonces, es donde se evidencia una relación de dependencia directa entre el habitante y su entorno natural, transformando al territorio casi en el único medio utilizado para poder subsistir.







Sin embargo, es en la precariedad, como condición casi inherente a estos territorios desde donde la cual comienzan a surgir construcciones y soluciones de “emergencia”, que luego se convierten en elementos perdurables en el tiempo, creando una desvinculación tanto formal como material con las edificaciones vernaculares previamente existentes. Lo que a posterior suscita en un distanciamiento tanto con la identidad como con el territorio natural que lo acoge, comenzando a construir con elementos ajenos al paisaje, reconvirtiéndolos en “paisajes del desamparo” 








“No son folclore ni cultura y, sin embargo, durante ciertas horas, son el sosiego de la mirada”
Smijlan Radic , Tierra Neutra.



OFICIO

La industria vitivinícola en Chile ha logrado un gran desarrollo en el último tiempo, correspondido por los altos índices de crecimiento en producción y exportación, sin embargo y pese a esto, este desarrollo pareciera no reflejarse en los territorios en que ésta se sitúa. La vitivinicultura moderna se caracteriza por estar en manos de empresas que cuentan con participación de capitales extranjeros y nacionales, que cultivan su propia uva y que producen el vino en el mismo lugar. La adquisición de tecnología y conocimientos desde el exterior del país y la utilización de mano de obra especializada provienen desde otras regiones, prescindiendo así de los insumos y servicios que pudiese entregar su entorno cercano.
Las relaciones espaciales más directas entre la vitivinicultura moderna y el territorio local están representadas principalmente por la utilización de los recursos naturales (suelo, clima y agua). Otro vínculo, pero significativamente menor, se da con los pequeños y medianos viñateros que venden su uva, cuando estos no cuentan con los elementos necesarios para generar la producción de vino a un precio rentable. Las viñas modernas producen por sí mismas el 85% de la uva utilizada y sólo un 15% proviene de otras viñas.
La vitivinicultura moderna, aparece como la más reciente, con un data no superior a 30 años, se ubica principalmente en zonas de riego con un promedio de explotación de 100 hectáreas (cepas finas), cuentan con alta tecnología y la producción casi en su totalidad se exporta. Por otra parte, se encuentra la vitivinicultura tradicional, compuesta por pequeños productores (cepas corrientes y finas), con una antigüedad cercana a los 500 años, se ubican mayoritariamente en zonas de secano con una superficie de explotación promedio de 1 a 3 hectáreas, cuentan con una baja tecnología y su producción mayoritariamente se distribuye a nivel local (regional).
No son solo consecuencias económicas las que resultan del desarrollo de esta nueva vinicultura, sino que también afectan de manera significativa el entorno natural y cultural, a través de la creación de infraestructura que no considera tradiciones culturales, ni relaciones con el entorno y paisaje inmediato, repercutiendo en una homogeneidad y estandarización adquirida de las instalaciones industriales modernas y globalizadas, contrario a la alta heterogeneidad y variabilidad de las actividades tradicionales.



La precariedad arraigada en las pequeñas localidades, ha obligado al pequeño productor a depender directamente de las grandes industrias, así la elaboración de producciones propias ha dado paso al progreso de materias primas en alto volumen y poco interés en tecnologías e instalaciones de fabricación.
Como consecuencia directa se encuentra la poca preocupación por desarrollar infraestructura que proporcione producciones de calidad, enfocándose casi exclusivamente en el ahorro de materiales, de tiempo y aumento de almacenamiento de volumen. Degradando la herencia en las técnicas productivas de antaño y negándose a 500 años de tradiciones en la recolección, desarrollo y fabricación del vino.















Más profundamente, todo esto ha llevado a la desvinculación de las nuevas infraestructuras generadas post-terremoto, con intervenciones que niegan paisaje, ubicación, clima y materialidades, las cuales, en un principio fueron utilizadas como herramientas de vinculación y dominio del territorio que les rodeaba.













































LECTURA DEL PAISAJE

“Una primera forma en la que el lugar ha sido arquitectónicamente considerado es en su dimensión geográfica. Esta es fundamental en cualquier localización arquitectónica. Ella aparece, en primer lugar, en la condición crudamente matérica que presenta el suelo sobre el cual la arquitectura se funda. El suelo configura, en su ámbito inmediato, el terreno de la obra, pero se prolonga en su derredor hasta configurar un territorio y un paisaje frente al cual la obra se sitúa. El suelo, y consecuentemente su relieve, constituyen la primera realidad interpretada por la arquitectura”.
Los hechos de la arquitectura, “Ensayo III, Forma, Materia, Uso, Lugar”



Es posible considerar la relación con el suelo como el acto primario de cualquier intención arquitectónica y podemos interpretar este suelo como una extensión sin un fin aparente, podríamos llamarlo montaña, valle, playa, pero también llamarlo roca, tierra, arena. La estrecha relación que esta extensión tiene con la dimensión geográfica, define las distintas escalas que puede abarcar, ya que esta se limita a las escalas que la misma geografía le permite.
Es así como en el cruce o encuentro de cada una de estas dimensiones de la extensión podemos distinguir condiciones de borde o límite y en la diversificación de estos, reconocer una variedad de escalas; como en una montaña y el valle, el océano y la costa, o el cerro y la ladera, la quebrada y la huella del agua, la arena y la roca, el suelo y la raíz.
Es con la irrupción del hombre en estas extensiones, donde surge el cruce entre los límites artificiales creados por este y los límites naturales creados por la geografía.
Esto contribuye decisivamente en la configuración y organización del territorio, la creación de diálogos con el hombre y su entorno a lo largo del tiempo suscita la artificialización de la extensión, a partir de la creación de diversas infraestructuras y la introducción de nuevos límites, como una forma de dar cabida y medida a los actos humanos en el paisaje en la necesidad de habitarlos. Es así como se configuran y establecen los lugares.
La fuerza del paisaje natural en los entornos rurales, transforma a la identificación correcta de estos límites en una herramienta potencial, para poder asentarse y adaptarse, arraigada en la emotividad de la memoria y las costumbres de estos lugares, moldeada y trabajada a partir de una forma individual de hacer donde surgen soluciones sencillas, hábiles y sensatas que generan un mayor vínculo entre lo construido y su entorno
Lo anteriormente descrito provoca el interés por construir una obra fusionando los límites que presenta el territorio a partir de las posibilidades que entrega el entorno natural, usando tanto la materialidad como las técnicas y maneras particulares de hacer de estos lugares, a partir de la observación y el estudio de las infraestructuras vernaculares, como una posibilidad cierta de reconstruir y concebir una construcción que mantenga el vínculo entre el paisaje imperante y la obra, asumiendo la revalorización como tema.



LUGAR



Ruca Choro es un caserío ubicado en la comuna de Cauquenes a 30 kms. al sur oriente de la ciudad del que lleva el mismo nombre. Este se ubica en los faldeos de un cordón montañoso de baja altura, donde su actividad principal es la agricultura y la producción de vinos de tipo artesanal.
































































































PARTIDO GENERAL

El proyecto se sitúa cercano a uno de los caseríos más antiguos de la zona (data aproximada 150 años) emplazado en la zona límite entre el valle y las faldas de un conjunto de cerros, cruce que otorga riqueza al paisaje mezclando cerros, lomas, árboles, rocas y vegetación variada. Programáticamente existe una dispersión, debido a una falta de jerarquía que pueda diferenciar y sin un eje claro que permita vincularlos. El único elemento que pudiera unificarlos, el camino, carece de la definición necesaria para considerarlo como un conector de las actividades ya que no genera un dialogo claro con los programas existentes.







1. Al priorizar en los dos puntos productivos (Bodega y Viña) se otorga una jerarquía programática y se potencia el camino retomándolo y revalorizándolo como eje.
2. Por medio de la definición de este eje se busca priorizar y ordenar el resto de los programas.
3. La ubicación responde a la intención de concebir el proyecto como una extensión del camino, para así definir su medida y su capacidad como eje conector productivo.




El proyecto se emplaza en la zona límite de dos grandes formas geográficas, la de la pendiente del cerro con la planicie que viene del valle, para intentar forjar un vínculo entre ambas. (fig. 1)
El paisaje, así como el lugar poseen mucha información, dado por la condición geográfica natural de la localidad, que hace coincidir una amplia variedad de escalas. El proyecto debería actuar como un filtro que permita comprender estas distintas escalas y apreciar lo que es evidente, pero no percibido. Lo que antes era una extensión con un paisaje disperso, ahora se ordena y se contiene en las diferentes partes del proyecto (fig. 2)
La formalidad, tamaño del proyecto y su configuración espacial, obedece a la relación de este con las escalas presentes en el lugar, junto con considerar la reinterpretación del oficio del viñatero y su dependencia con el territorio. 


1. LONGUITUD _ Al concebir el volumen, una de las primeras intenciones nace de la búsqueda de la longitud, creando una distancia de transición de una escala a otra.
2. CIRCULACIÓN _ Respondiendo al entorno y a las necesidades de producción Se constituyen dos ejes de recorrido uno interno y otro externo.
3. PLATAFORMA _ Para aportar al proceso productivo, y facilitar trabajos de recolección se dispone una plataforma que eleva el recorrido interior.
4. ESCALAS _ Mientras la forma del volumen central responde al proceso productivo, los otros elementos que configuran el proyecto buscan incorporar y contener espacialmente las escalas a las cuales se ven enfrentados.
5. TEXTURAS _ Las materialidades escogidas, junto con dar cuenta del lugar, buscan reconciliar el oficio del viñatero con el contexto físico y cultural del territorio. 


PROGRAMA

La bodega, se concibe como un volumen elaborado a partir de la construcción en tierra, primero debido a la relación que esta puede establecer tanto con su suelo, como con la construcciones antiguas del lugar y segundo a partir de que, a nivel programático se presenta como uno de los materiales idóneos, ya que este puede generar el confort térmico necesario para llevar a cabo los procesos de vinificación.
Programáticamente esta se configura en función al orden de las fases de la producción del vino, los que se vinculan a través de la plataforma de madera que junto con ordenar los procesos al interior de la bodega, posee la altura que facilita y permite desempeñar las labores tanto de zarandeo de la uva (extracción del jugo), como también de la guarda del vino.



1. SECTOR DE FERMENTACIÓN
Es donde se deja reposar el jugo de la uva en lagares (vasija) , por un mes aproximadamente después de que esta se extrae por medio del zarandeo (extracción del sumo con zaranda). Para este proceso se hace fundamental contar con una buena ventilación a nivel de suelo, ya que hay una elevada emisión de CO2 durante la fermentación, que al ser más pesado que el aire, se concentra principalmente en las zonas bajas.




2. SECTOR DE GUARDA
Este lugar se utiliza para almacenar el vino una vez que finaliza el proceso de fermentación. Para esto se utilizan las tinajas que son vasijas hechas de barro, las cuales una vez llenadas, son selladas con una tapa de barro para así, conservar una temperatura más equilibrada (sin mayores variaciones).

El exterior que rodea al volumen de tierra, se configura a través de la espacialidad que genera la plataforma con la cubierta, construyendo tanto las pausas como la circulación que da cuenta del lugar y sus escalas. Es aquí donde el proyecto dialoga con el paisaje y genera los espacios donde conecta al oficio del vino con el suelo que lo soporta. 



PLANIMETRIAS

1.) Planta Ubicación


2.) Planta General



3.) Elevaciones Norte - Sur



4.) Elevaciones Oriente - Poniente + Corte Longuitudinal



5.) Corte




CONSTRUCCIÓN

En la imagen: Alberto Díaz, Raúl Briones, Jorge Peña y Rosendo Morales.
Agradecimientos infinitos a estas grandes personas, que hicieron posible llevar a cabo este proyecto. Por el gran compañerismo demostrado ante las dificultades y por la gran atmósfera que lograron crear, donde la sabiduría, dedicación y cariño quedo impresa en cada cosa que hicieron. 



PROYECTO